lunes, 26 de enero de 2015

La obra del Padre Ramón Giraldo en la vereda Parcelas de Cota

El Padre Ramón Tulio Giraldo, tiene una vida sacerdotal de más de 18 años. Es sacerdote diocesano de la Diócesis de Engativá, actualmente ejerce su ministerio sacerdotal en El santuario del Señor de los Milagros en Bogotá y en la vereda Parcelas del Municipio de Cota. Su amor por el prójimo lo ha llevado a implementar obras de caridad para los más necesitados. Ha trabajado principalmente en las parroquias de Bogotá y desde hace dos años realiza una de las obras más maravillosas de solidaridad y amor en el municipio de Cota.

El Padre Giraldo fue conmovido por los habitantes de Parcelas, una de las veredas más reconocidas del municipio de Cota, pues allí la necesidad espiritual de sus fieles iba más allá de tener la cercanía de una iglesia, se trataba de recibir la Eucaristía y hacer más fuerte la unión de la comunidad,es por eso que el padre Giraldo manifiesta la petición que le hicieron  los habitantes de parcelas a Monseñor Héctor Gutiérrez Pavón, Obispo de la Diócesis de Engativá, el cual le dice que de inmediato se haga cargo de la atención pastoral y espiritual de la comunidad de la vereda parcelas  y así acercar más a los creyentes a la Fe en Dios.

Pero la obra del Padre Giraldo no termina aquí, su corazón compasivo y solidario lo convierte en líder de una de las obras más hermosas que se puedan destacar en el municipio de Cota, se trata de una casa hogar para personas en condición de vulnerabilidad entre ellos personas de la tercera edad, y personas más jóvenes y en condición de discapacidad o en situación de abandono que han sido acogidas en la obra del Padre que hoy en día tiene cerca de 50 miembros en la misma finca que él adquirió en arriendo.

En el albergue no solo tienen asegurado el techo, el alimento y en algunos casos medicamentos, sino que también los residentes,  son beneficiados con múltiples actividades culturales y humanas que hacen que sus días sean más felices. Las dinámicas son tantas que la comunidad participa y comparte con cada uno de ellos tiempos de diálogo, reflexiones y hasta juegos, por eso los domingos se han convertido en el día de gozo para la comunidad porque quienes participan en las Eucaristías, también los visitan y se sienten regocijados en el amor y la compasión y quienes son visitados se sienten reconocidos, protegidos y amados.

De acuerdo a lo expresado por el Padre, es frecuente ver como personas de la comunidad han apadrinado miembros de la obra y con sus aportes en tiempo y dinero contribuyen en la madurez de esta bella labor.

Justamente consultamos al padre de cómo se sostiene la obra y sin duda esta es posible gracias al buen corazón y la solidaridad de los cotenses (especialmente los vecinos). La mayoría de donantes son personas del común y sin abundancia de recursos, pero apartan del mercado algunos productos y hacen las donaciones. Otras personas ofrecen su tiempo o dinero para la colaboración en la protección y cuidado de sus miembros; pero lo más bello es que se han convertido en una gran familia en donde se apoyan unos a otros, especialmente los más jóvenes atienden a los más abuelos bajo el lema “hoy por ti, mañana por mí”. 

La mayoría de personas beneficiarias de la obra del Padre Giraldo tienen vidas muy tristes, de pobreza, abandono o soledad y la mayoría no tienen familia o quien se haga cargo de ellos y además padecen alguna discapacidad o son adultos mayores. Es por ello que en la finca rentada La Parcela 61 se ha ido conformando la comunidad eclesial en donde se presta servicio espiritual a la comunidad mediante la celebración de Eucaristías y sacramentos en la Capilla, lugar donde también funciona la obra que beneficia a estas 50 personas.

El Padre trajo a colación el diciembre tan maravilloso que pasaron los beneficiarios de la obra por cuenta de la solidaridad y amor de la comunidad de Parcelas, quienes desde niños, adultos y abuelos llegaron con regalos a compartir estas festividades llenándolos de paz, amor y mucha compañía, momentos que les hicieron olvidar su situación de olvido o soledad por sus propios seres queridos.
“Trabajar con esta población no es fácil y menos tenerlos a todos reunidos en un mismo escenario, a veces se presentan problemas de convivencia, pero eso es normal en cualquier lugar donde conviva más de una persona, siempre van a existir desacuerdos, pero nada que no se pueda solucionar” asegura el Padre quien describe a su grupo como “una gran familia”.

La obra en el municipio lleva tan solo dos años, celebrándose la Eucaristía y demás acciones espirituales y pastorales y adicionalmente se estableció la obra social que beneficia a toda esta población vulnerable. 

Según el Padre Ramón, muchas personas llegaban a su parroquia a pedir ayuda sea monetaria o alimentaria, pero cuando se les acaba el beneficio temporal que reciben, regresan porque no tienen un aposento que los abastezca, es por ello que el Padre implementó la obra pensando en que estas personas merecían una calidad de vida superior a la de sobrevivir para tener una existencia tranquila y en muchos de los casos una muerte digna. 
Cuando hablamos de una muerte digna, nos referimos a la que han tenido algunos abuelos que luego de habitar en la calle sin techo, alimento, abrigo y medicinas, llegaron a la obra para vivir dignamente durante mucho tiempo y luego morir en unas condiciones lejanas a la escasez y angustia. 

El Padre se ha enfrentado casos y experiencias  duras de sus ahijados de la obra. Muchas situaciones son difíciles de comprender y otras están desbordadas de injusticias. El Padre Ramón asegura que son innumerables las historias y experiencias que se pueden contar, pero cada una de ellas tienen quizá un mal comienzo pero un buen final, otras son injustas y otras inciertas pero al final lo valioso es ayudar a las personas sin importar el pasado que hayan vivido. “De eso se trata el amor de Dios” Puntualiza el Padre al destacar que hay que hacer el bien sin mirar a quien. 

Una de las historias que nos contó el Padre Ramón Tulio Giraldo, es la de una señora de la tercera edad que hace parte de los 50 albergados de la obra; ella se llama María y vivió casi toda su vida con su único hijo, entregó su vida entera a él ya que era madre soltera. María y su hijo vivían en una finca en zona rural, una propiedad que heredó de sus padres y la cual representaba todo su patrimonio. Sin embargo, cualquier día su hijo le manifestó que era hora de vender la finca y emprender un mejor futuro en Bogotá, y así se hicieron las cosas. Vendieron la finca y emprendieron el viaje a la capital con sus maletas. Ya estando en la ciudad el hijo de sus entrañas le dice mamá: “espérame aquí y ya regreso” y se subió a una flota, se despidió desde la ventana con su mano, se llevó todo el dinero producto de la venta de la finca y jamás regresó. María nunca volvió a saber de él y mucho menos del dinero. Su propio hijo la abandonó y la dejó a la deriva en una ciudad inmensa y cruel, pero hoy en día aunque María aún no supera en su totalidad el dolor que le causó este acontecimiento en su vida, Dios la puso en el refugio que no solo la abastece de salud, alimento, techo, sino que está rodeada de muchos cuidados, amor y una gran familia.

Sin duda esta es una historia que nos exhorta a todos a vivir el verdadero amor que proclama Dios en su palabra, nos hace un llamado a la solidaridad y al perdón, es por ello que no podíamos pasar por alto una obra que rescata personas de un pasado doloroso o de una dosis de injusticia.

Al padre Ramón Giraldo, gracias por su bella labor y por contarnos su historia. Su amor por el prójimo nos hace una invitación a la solidaridad y al verdadero amor por nuestros semejantes.



miércoles, 14 de enero de 2015

¿Quién es el maestro Andrés Olivos, más conocido como “El Historiador de Cota”?


Durante años el Maestro Andrés Olivos, más conocido como “El Historiador de Cota” se ha dedicado a investigar y escribir las tradiciones y sucesos más representativos del municipio.

Contar su historia es un hecho más que merecido al hombre que durante décadas ha narrado las hazañas, cuentos, historias y tradiciones más recónditas del municipio de Cota.

El maestro Andrés Olivos tiene de una familia conformada por cuatro miembros. A su esposa Martha Helena Valencia con quien lleva 33 años de matrimonio la describe como su baluarte y compañera cómplice que le ayuda digitalizando todo el conocimiento e ideas que brotan del maestro Olivo; pues él mismo reconoce que hasta hace poco tiempo incursionó en el mundo digital y que incluso hasta hace dos años escribía sus libros a mano.

El maestro Andrés se siente orgulloso de sus dos hijos ingenieros industriales, Leonardo y Tatiana, a quienes asegura ha educado con la pedagogía de la autonomía y la toma de decisiones que sean sanas para sus vidas. ¿Y por qué mencionar su entorno familiar? Pues quien no quiere conocer la historia del contador de historias que conoce cada rincón del municipio gracias a su trabajo durante años en la región.

Olivo es historiador de profesión, Especialista en Derechos Humanos; su vida la ha dedicado a escribir y es evidente que para ello hace todo un ejercicio de exploración, investigación y etnografía, lo que le ha proporcionado insumos para la publicación de diez en sus años como escritor. La pasión de Andrés por escribir, halla sentido en el interés por rescatar hechos y tradiciones de los que ya nadie habla.

Al preguntarle por su concepto de la historia el maestro responde: “La historia no puede ser la evocación nostálgica del pasado. Por pretender investigar la historia, no podemos quedarnos dándole la espalda al presente. Si la historia nos interesa es porque nos permite ver los procesos evolutivos de desarrollo de los pueblos y las sociedades y entender su presente; y el presente es importante porque solo desde el mismo podemos construir con visión el futuro, de manera que los historiadores tenemos un compromiso político en cuanto a lo que se refiere a pensar en las necesidades y las realidades de las sociedades, y el historiador puede y debe participar en los procesos de construcción de futuro con su trabajo, así que la historia es una herramienta para la construcción de las sociedades, no es solamente una evocación muerta del pasado”.

Escuchar al maestro no solo aporta conocimiento sino que exhorta a la reflexión de los entornos sociales y de la responsabilidad existente en los roles que desarrollamos para la construcción de sociedad. Pero retomando las palabras de "el historiador” y su esencia, él mismo se describe como una persona amante de las antigüedades, la madera, el hierro, el cobre y las artesanías, y así se puede corroborar en la decoración de su casa que sin duda rinde homenaje al arte y la mano de obra artesanal, le agrada el olor del campo, se crio entre los perros y el ganado, motivo al que le atribuye por asociación su interés por la historia. 

En el año 2006 los maestros Andrés Olivos y Jorge Enrique Melo publicaron el libro “Historia de Cota, Cota en la historia” una obra que reconstruye la historia del municipio desde las fuentes documentales y orales. Se trata de una herramienta de consulta que puede ser utilizada en colegios y universidades por los docentes de las ciencias sociales. En el año en que fue publicado el documento, se distribuyeron cinco mil ejemplares, lo que asegura que por lo menos en cada hogar de Cota reposa uno de estos textos. “Lo que se debe constatar es que el libro sea leído” dice el maestro quien considera que las nuevas generaciones tienen en sus manos una herramienta valiosa del municipio.

En una filosofía propia a cerca del sentido de pertenencia, el maestro Andrés Olivos, asegura que siente orgulloso de ser Cotense, pero además agrega que pese a que no nació ni se crio en este municipio, su originario le pertenece a Cota por ser el lugar que lo ha acogido, por ser el escenario de lucha, de trabajo, de investigación, de buenos momentos y de cientos de anécdotas. “Soy cotense, como lo son todos aquellos que viven o trabajan en el municipio y lo sienten como propio con toda la responsabilidad que conlleva tener este honor”.

Como regalo de navidad el maestro enriquecerá nuevamente al municipio con la publicación de su nuevo libro “Palabras mayores: tradiciones e historias de Cota”, documento que recoge todas las tradiciones a partir de las voces de los mayores y  abuelos como elemento para afianzar y fortalecer la identidad.

“Libros como este permiten a la gente conocer cuál ha sido el devenir y la construcción de la historia del municipio para que los lectores se sientan partícipes del mismo y preferiblemente muchos jóvenes entiendan que lo que hoy disfrutan es producto de esa apertura de caminos que hicieron sus padres y sus abuelos” dice el maestro Olivos como antesala de lo que será esta nueva obra. En resumen el libro tiene un concepto pedagógico que es construir municipalidad, incentivar el orgullo de ser cotenses y fortalecer la identidad de quienes habitan o trabajan en el municipio.

Como otro adelanto el maestro rescató algunas tradiciones que ha denominado “el patrimonio inmaterial” haciendo referencia a la gastronomía y algunas prácticas que aún perduran como la elaboración de los envueltos de tres puntas, el cual se ciñe en hoja de quiche, la cual solo se consigue en el monte y cuenta con una porción de melado y una preparación fascinante que incluye en su elaboración la producción de pequeños huecos en la masa de maíz, para impregnar con chicha o guarapo el envuelto y darle su característica propia al producto.

Según “el historiador” otra de las singulares tradiciones es que en algunas casas del municipio de Cota continúan preparando el cacao de los siete granos con todo el ritual que conlleva hacerlo y el cual tarda una semana en prepararse, pero sirve para el abastecimiento de toda la familia durante un mes.

“Otras tradiciones tienen que ver con las celebraciones religiosas, que se han convertido más en fiestas vacacionales como la Semana Santa. Anteriormente  tenían un carácter solemne, sagrado, no se trabajaba, no se escuchaba música, se trataba de fiestas muy importantes para consolidar la familia, en tiempos como la navidad, la semana mayor y el corpus Christi, pero ahora las celebraciones religiosas no tienen el mismo protocolo y respeto porque se ha perdido el temor de Dios ” manifestó el maestro Olivo.

El maestro hace alusión a decenas de tradiciones pero estás podrán ser consultadas con detalle en su libro que pronto será lanzado como regalo de navidad al pueblo cotense gracias al apoyo de la Alcaldía de Cota en cabeza de Campo Alexander Prieto.

En su narración “El historiador” Andrés Olivos asegura que al estar Cota cerca de Bogotá tiene una oportunidad en lo que se refiere al desarrollo industrial que se ha generado desde los años noventa, pues ha permitido desarrollo económico, aumento significativo en los ingresos, las construcciones de vivienda y condominios, lo cual resulta positivo, pero si no se maneja con cordura en los ajustes del Plan de Ordenamiento Territorial –POT-, puede tornarse en una oportunidad peligrosa que atenta contra el medio ambiente, amenazando el panorama verde, la tierra fértil y la razón de ser los campesinos.



Gracias maestro Andrés Olivos por ser el primero en contarnos su historia en este espacio virtual hecho para los cotenses. Las historias más interesantes surgen de quienes se inspiran de los pequeños detalles de la vida. Esperamos que su conocimiento continúe trascendiendo fronteras y sus experiencias depositadas en tan importantes libros, coadyuven en la construcción de tejido social y el rescate de las tradiciones y valores que la historia ha dejado como legado.

lunes, 5 de enero de 2015

Amanda Jiménez, la defensora de animales de Cota

Amanda Jiménez tiene una historia que vale la pena contar, muchos la conocen como la defensora de animales del municipio de Cota y otros la conocen como “la loca de los perros” como ella misma lo afirma. Sin embargo, no es un término que la deshonre; todo lo contrario, su pasión por los animales la ha llevado a merecer el reconocimiento de contar su historia por la hermosa labor que realiza.

Hace 10 años Amanda dejó Bogotá para comprar casa en Cota y vivir allí con su familia. Sin embargo, los planes salieron diferentes, pues cada quien tomó su rumbo y Amanda quedó sola en la casa. Luego de haber trabajado toda su vida en una de las empresas de servicios públicos más importantes de Bogotá, Amanda se pensionó y decidió emprender un nuevo camino y fue allí donde decidió que Cota sería su nuevo destino.

Para ese entonces los planes eran diferentes, pero Amanda se había quedado sola en la casa, su energía por realizar variedad de actividades la llevaron a dedicarse a la labor que siempre la había inquietado, el amor por los animales y se dio cuenta que en el municipio se requería una intervención urgente para rescatar a la mayor cantidad de seres que sufrieran maltrato o se encontraran en circunstancias de abandono.

Sus esfuerzos no se hicieron esperar. En menos de lo pensado Amanda estaba de tiempo completo dedicada a la protección y cuidado de decenas de perros y gatos. En una especie de amor desmesurado por cuidar de estos seres indefensos, Amanda en compañía de seguidores y amigos de la causa, comenzaron a recorrer zonas rurales y urbanas para rescatar animales, incluso se convirtieron en los más grandes receptores de denuncias por maltrato en el municipio.

Pero a la pregunta ¿De dónde surge la inspiración para dedicarse de lleno a esta causa? Amanda responde: “llegar al municipio y ver innumerables animales en la calle, desvalidos, enfermos, desnutridos, atropellados, generó en mí la necesidad de hacer algo por ellos y brindarles alivio. Llevarlos a casa y hacerles un proceso de recuperación no tiene precio, son los seres más agradecidos que puedan existir”.

En vista del gran trabajo que acarrea todo lo que tiene que ver con la protección animal, Amanda tomó el liderazgo para la conformación de un grupo dedicado a afrontar la problemática de los animales de la calle, especialmente de las hembras quienes son las principales víctimas de abandono y maltrato por parte de sus propietarios por el hecho de ser la fuente de “reproducción”.

Amanda sin duda está enamorada de su causa y así lo afirma el hecho de que actualmente viven con ella en su casa 23 perros de los cuales a la fecha de esta entrevista seis son cachorras que fueron abandonadas en un basurero. La labor en favor de estas pequeñas comenzó primero que todo en salvarles la vida, posteriormente en estabilizar su alimentación, hacerles desparasitación y luego esterilización para poder darlas tranquilamente en adopción a familias responsables que provean a estos seres la calidez de un hogar.

Algo sorprendente en las declaraciones de Amanda es que la mayoría de perros de la calle que hay en el municipio de Cota, tienen dueño. Solo que la falta de cultura ha hecho que estos animales sean carentes de los cuidados necesarios que requieren, es por eso que muchos habitantes los ven como amenaza a la salud pública por la gran cantidad de excremento que los animalitos dejan en las vías sin que nadie se encargue de su limpieza. “Si cada propietario se encargara responsablemente de su perro, no habría tal problemática que hoy aqueja al municipio, pues más allá de rescatarlos o alimentarlos hay que concientizar a los dueños de la importancia que tiene que cada uno vele por el bienestar de su perro en su entorno y en su comunidad para beneficio de todos, siguiendo sencillos patrones de conducta como recoger los desechos de los perros, cumplir con los planes de vacunación, acudir a jornadas de esterilización y todo lo demás que tiene que ver con su buena alimentación y bienestar, sin duda esto cambiaría radicalmente la situación que actualmente se vive”.

Amanda está convencida que falta cultura y pedagogía ciudadana, y aunque es verídico que mucha gente no tolera los animales, también es cierto que quienes tienen una mascota en casa es porque aceptaron un miembro más de la familia, solo que no saben cómo asumir correctamente su rol de padres de caninos.

Amanda conformó la Junta Defensora de Animales del municipio de Cota con personería jurídica dada por la Gobernación de Cundinamarca. Mensualmente se hacen reuniones donde asisten el delegado de la gobernación, de la personería, de la Secretaría de Educación del municipio, de la parroquia y las personas de la comunidad que trabajan con la junta. En los últimos meses se han hecho actividades más frecuentes como “Expo-pet” donde participaron más de 10 municipios de Cundinamarca, para hablar sobre los animales; allí se entregan cartillas y recordatorios relacionados con la causa y se consiguen donaciones para invertir en alimento, medicina y bienestar de las mascotas. 
Por eso el trabajo de Amanda va más allá de alimentar o rescatar perros, gatos y hasta caballos. Su meta es la concientización de la gente, aplicando las normas como las establecidas en Ley 5 de 1972 y el trabajo mediante las redes sociales para adopción de animalitos. Con apoyo del albergue de la Secretaría agropecuaria y de medio ambiente, allí se tienen animales recuperados, recogidos de la calle y quedan en disposición para ser entregados a un hogar.

Las esterilizaciones se hacen en el consultorio veterinario de la Secretaría Agropecuaria, pero como la demanda es muy alta, la Junta Defensora en cabeza de Amanda consigue recursos o aporta de sus propios ingresos para la financiación de las operaciones y obtención de descuentos para los procedimientos. “Alguien tiene que hacer esta tarea, porque está inmersa en un alto impacto social para la comunidad, ya que beneficia la salud pública y disminuye el riesgo de enfermedades. Un animalito esterilizado, le abre una puerta a un animalito en casa” asegura Amanda quien está entregada de tiempo completo a esta causa.

Las quejas de los vecinos relacionadas con maltrato animal, irresponsabilidad en la tenencia, se manejan mediante la estación de policía, lo que pasa es que el manejo del debido proceso en muchos casos se va a varias instancias lo que hace que sea lenta la respuesta a estas situaciones, para ello, se está trabajando en el diseño de un acuerdo municipal que sea contundente en la aplicación de la ley para que el municipio tenga herramientas o sanciones definitivas para aplicar las normas.

Por eso la Junta entre otras iniciativas busca el apoyo de la Alcaldía municipal en la  implementación de comparendos ambientales impuestos con ayuda de la comunidad mediante fotos, videos o llamados, que permitan un mejor comportamiento de la gente frente a la tenencia responsable de las mascotas.  Desafortunadamente muchas personas solo se acogen a la ley si hay sanciones drásticas como multas, las cuales deberían ser pagadas obligatoriamente con el recaudo de impuestos, de esta manera se puede generar una mayor concientización.

Amanda es una ingeniera de sistemas, técnico en telecomunicaciones que dejó atrás su mundo profesional para dedicarse a la que podría llamarse una de las causas más hermosas de todo el mundo “la protección animal”.

Según Amanda las expresiones de afecto y agradecimiento que tienen las mascotas cada vez que los cuida, los alimenta, los recoje o los recupera son el mejor pago que alguien pueda tener. “Son los seres más agradecidos y amorosos de toda la existencia y me siento feliz de poder ayudarlos” dice Amanda quien dejó de lado la vida consumista, moderna, citadina y lujosa a cambio de compartir su vida con quienes hoy son sus mejores amigos.

Damos un reconocimiento especial a Amanda por hacer de esta, una labor importante para el municipio. Su entrega y compromiso no solo la hacen una persona especial sino una colombiana ejemplar que prueba que todo es posible cuando se hace con amor.
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